martes, 7 de diciembre de 2010

Mario Vargas Llosa y la tradición liberal en México.


Hace casi veinte años se anunciaba que Octavio Paz era el galardonado con el Premio Nobel de Literatura. Ahora la Academia Sueca reconoce nuevamente a las letras del orbe hispánico en la figura apasionada de Mario Vargas Llosa. En su discurso de 1990, La búsqueda del presente, Octavio Paz escribía: La búsqueda del presente no es la búsqueda del edén terrestre ni de la eternidad sin fechas: es la búsqueda de la realidad real. Para nosotros, hispanoamericanos, ese presente real no estaba en nuestros países: era el tiempo que vivían los otros, los ingleses, los franceses, los alemanes. El tiempo de Nueva York, París, Londres. Había que salir en su busca y traerlo a nuestras tierras. Al igual que Paz, poeta moderno, Vargas Llosa ha emprendido la empresa intelectual de traer a nuestras tierras la tradición moderna y liberal de Occidente.  

            La modernidad hispánica inicia con la melancolía y la ironía en Don Quijote de la Mancha. Melancolía e ironía que recrea Llosa en su prosa moderna. Prosa ondulante y apasionada que recorre la violencia, el poder y el amor. Su temple liberal arraigado en la sociedad abierta de Karl Popper se puede leer en su apasionante ensayo político, Karl Popper al día. Si, se le debe a Llosa el conocimiento de Popper en América Latina en la tradición de la  imaginación crítica hispánica, en donde confluye la metáfora de la verdad sospechosa de Juan Ruiz de Alarcón con el rigor lógico del falsacionismo de Karl Popper. Con Paz y Llosa tenemos la exactitud inasible del instante poético y la prosa que expande los mundos.

            En México Vargas Llosa ha publicado en dos revistas de corte liberal, la revista Vuelta de Octavio Paz y Letras Libres de Enrique Krauze. En su sección de extemporáneos en Letras Libres recuerdo la brillante defensa que hace Llosa del escritor francés André Malraux,  a contracorriente de la crítica literaria americana cobijada en la retórica de lo políticamente correcto. En su diálogo con Enrique Krauze, Vargas Llosa reflexiona sobre  la fragilidad democrática en Latinoamérica, Creo que si hay algo que está socavando profundamente los gobiernos democráticos y la cultura democrática en América Latina, es la corrupción. Nada desmoraliza tanto una opinión pública como comprobar que aquellos a quienes ha elegido en comicios libres para ocupar cargos públicos, utilizan esos cargos para traficar y enriquecerse. Llosa ilumina la política de América Latina no sólo señalando sus quiebres institucionales, sino también su mundo de pasiones. Paz y Llosa son aires de libertad en nuestra América.
México, 07.10.10

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