John Goodman en su trabajo titulado The Politics of Central Bank Independence (1991)[1] se plantea una interrogante de interés para la literatura de la gobernanza monetaria en el siguiente escenario hipotético: la independencia de los bancos centrales es deseable debido a que se les aíslan de los intereses de los políticos para que éstos no incidan en la política económica, principalmente en el momento de elecciones. En este escenario ¿por qué los políticos serían los primeros en desear la independencia del banco central? La pregunta es de sumo interés principalmente para evaluar los discursos en estos días tanto de la Canciller alemana Angela Merkel como del Presidente francés Nicolas Sarkozy con respecto a los instrumentos institucionales de gobernanza fiscal para dar una salida a la inestabilidad económica de la Unión Europea (UE).
Por un lado el discurso de la canciller alemana Angela Merkel propone una gobernanza fiscal que vigile las prácticas de los gastos públicos de los gobiernos y la pieza institucional clave para llevar a cabo dicho objetivo es el Banco Central Europeo (BCE). Así, uno de los requisitos del BCE para Merkel es justamente fortalecer su independencia institucional. Por otro lado, el presidente francés Nicolas Sarkozy ha formulado un discurso en donde antepone una solución política a la actual inestabilidad de la UE, lo que se traduce en una política fiscal emprendida fundamentalmente por los líderes políticos antes que por criterios técnicos. Este contraste de discursos es un buen inicio para poner a prueba las teorías sobre gobernanza monetaria y fiscal, principalmente afinando la mirada hacia el juego político de los discursos. [2]
Ciudad de México a 5 de diciembre de 2011.
[1] Goodman, John B., 1991, “The Politics of Central Bank Independence”, en Comparative Politics, vol. 23, núm., 3, pp. 329-349.
[2] The Economist, 2 de Diciembre de 2011.
POST EN DOCUMENTO: Gobernanza fiscal, los discursos de Merkel y Sarkozy
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